Misoginia: “el odio a la mujer”

La misoginia es la aversión u odio a las mujeres o la tendencia ideológica o psicológica que consiste en despreciar a la mujer como género y con ello todo lo considerado como femenino.

Comúnmente se confunde a la misoginia con una forma extrema de sexismo y aun de machismo. Esta concepción es errada porque la misoginia no consiste en ser partidario del predominio del hombre sobre la mujer, sino en pensar que el hombre debe liberarse de cualquier tipo de dependencia del género femenino. La mujer, y como consecuencia la concepción y la familia, son consideradas como aberrantes y rechazables, o, en todo caso, tal vez buenas o necesarias para otros, pero no para uno mismo.

Esta aversión no es exclusiva de los hombres. La escritora española Anna Caballé ha demostrado que muchas mujeres también han sido y son misóginas. La misoginia ha sido considerada como un atraso cultural arraigado al concepto de superioridad masculina, según el cual el rol de la mujer es dedicarse exclusivamente al hogar y a la reproducción.

En la teoría feminista, la misoginia es reconocida como una ideología política similar al racismo o el antisemitismo, existente para justificar y reproducir la subordinación de las mujeres por los hombres.

La misoginia y la actitud misógina forma parte de los patrones culturales de muchas sociedades, que establece rígidas reglas de conducta para las mujeres y que ante el cumplimiento estricto de las mismas, se toma la vía de culpar a la mujer.

Esto ha ocasionado que, a causa del poder de los varones, ellas estén expuestas a violencia física, abuso sexual, degradación, trato injusto y humillante, así como discriminación legal y económica, situación que se alimenta con la creencia de la supuesta inferioridad femenina y supervaloración del dominio masculino, viéndose este último reforzado por factores como tradicionalismo, entorno familiar iglesias y medios de comunicación.

De lo anterior se deduce que la misógina propicia que como sociedad permitamos y aceptemos como natural la violencia doméstica, la esclavitud e inferioridad de las mujeres y hasta el femicidio.

Expertas estiman que mientras la misoginia no nos produzca el mismo espanto que el terrorismo, el nazismo, el racismo y la homofobia, las mujeres continuarán siendo mutiladas, lapidadas, agredidas y asesinadas por el simple hecho de ser mujeres.