PRIMERA PLANA

Las mujeres en la historia de Honduras

En el mes de la patria, los centros educativos públicos y privados enseñan a los niños, niñas y jóvenes de ambos sexos a honrar los valores patrios y enaltecer el legado de nuestros próceres.

Sin embargo, la historia que nos relatan de aquellos que lucharon por la independencia, la constitución del Estado, la defensa de la soberanía nacional y la consolidación de la democracia está marcada con un sesgo extremadamente machista que relega al hombre como el único ser patriota sobre el territorio nacional.

En la historia, es larga la lista de los hombres que aparecen como forjadores de nuestra historia y de nuestra patria, desde los sanguinarios conquistadores al servicio de la corona española, hasta los criollos y nobles que con sus conocimientos, ideas, coraje y hasta su vida lograron la independencia y construyeron los cimientos de nuestra Honduras.

No se trata de adoptar una posición en contra de Morazán, Valle, Herrera o Cabañas, sino de resaltar que las, mujeres como siempre, están invisibles en este epopéyico relato. Como si se tratara de esconder o minimizar su esfuerzo, su trabajo, su valentía y su aporte en la construcción de esta nación.

En la mayoría de los textos de historia nos encontramos con una sobre representación de las figuras masculinas en su calidad de héroes, líderes o ilustres hijos de la patria y una subrepresentaciòn de las mujeres.

A pesar que Honduras, es una palabra del género femenino, la mujer no aparece en su historia. Tampoco en la compilación de próceres o héroes nacionales.

A penas entre los símbolos patrios, se incluyeron algunos del género femenino como la Bandera Nacional, la Flor Nacional y el Ave Nacional, que para colmo de males es la Guacamaya o Guara Roja. Una especie doméstica, sociable, plumífera, monógama, pleitista y parlanchina. Espero que esas características no tengan alguna dedicatoria implícita, por los calificativos estereotipados y peyorativos que nos atribuyen a las mujeres.

Hasta este año, la profesora de generaciones Visitación Padilla se convirtió mediante decreto legislativo en la primera heroína nacional. Pero vean ustedes, el diccionario de la lengua española, dice que un héroe es aquel personaje que realiza una hazaña extraordinaria y digna de elogio. Sin embargo, la palabra heroína tiene dos definiciones. La primera es “mujer ilustre y famosa por sus hechos”, y la segunda: “polvo blanco, semisintético derivado de la morfina”.

Aunque pocos libros recopilan sus nombres y resaltan sus hechos, nadie puede desconocer el aporte valioso para la historia de Honduras de valientes mujeres como: Visitación Padilla, Carlota Boquin de Valladares, Olimpia Varela, Guillermina Chávez, Lucila Gamero de Medina, Cleotilde Galindo, Graciela de Beltrand, Enma de Bonilla, Clementina Suárez, Lidia Handal, Argentina Díaz Lozano, Rina Villars, Leticia de Oyuela entre otras tantas.

Tampoco se escriben libros sobre aquellas heroínas anónimas que trabajan de sol a sol cosechando en el campo los alimentos que consumimos, las que mantienen sus hogares y educan solas a sus hijos e hijas condenadas por la irresponsabilidad paterna, las que venden su cuerpo como mercancía para sobrevivir, las que son obligadas a emigrar buscando un mejor nivel de vida para su familia, las indígenas, las negras, las campesinas, las profesionales, las domésticas, las intelectuales y todas aquellas que con su esfuerzo, profesionalismo, trabajo y dedicación, construyen esta patria día a día. Una nación rica y próspera, que tiene nombre y rostro de mujer.