La nueva Corte Suprema de Justicia y las Mujeres

Finalmente el Congreso Nacional eligió a los nuevos 15 magistrados de la Corte Suprema de Justicia, un grupo de profesionales del derecho que tiene la obligación de impartir la justicia en el país.

A pesar de las presiones por la reelección, los diputados de las diferentes bancadas respetaron la lista de candidatos preseleccionados por la Junta Nominadora.

Sin embargo, entre los 15 magistrados solo sobresalen tres rostros femeninos confirmando que nuevamente el Poder Legislativo ignoró la cuota que por Ley y convenios internacionales nos corresponde como mujeres para integrar los espacios de poder donde se toman las decisiones que definen el destino de nuestro país.

Aunque una Corte Suprema integrada solo por magistradas no garantiza justicia para las mujeres, por lo menos da la esperanza que las juezas sean equitativas, solidarias y sensibles a la problemática que afecta a sus congéneres principalmente la violencia doméstica e intrafamiliar y los femicidios de los cuales el 90 por ciento de los casos queda impune.

La máxima aspiración de las mujeres hondureñas es poder garantizarse la justicia en ese espacio de poder donde desde el espíritu de las Leyes y la aplicación de las mismas están impregnadas del pensamiento patriarcal y machista.

El Movimiento de Mujeres por la Paz Visitación Padilla pidió a las nuevas magistradas que se comprometan a ser analíticas y estudiosas de la realidad de las mujeres para que les sirva como una guía para actuar con justicia para ellas.

En honor a la deuda histórica de justicia con las mujeres Visitación Padilla pidió a la nueva Corte Suprema incorporar la figura de los femicidios en el Código Penal, convertir la violencia domestica en delito, revisar y actualizar el Código de Familia para que esté a tono con la realidad de las mujeres, endurecer las penas a los delitos como violación, incesto, parricidio, estupro y la revisión de las medidas sustitutivas por tales delitos.

También es necesario crear los juzgados especializados de violencia tal como lo establece la Ley contra Violencia Domestica en las ciudades donde no existen.